Cómo el Aston Villa marcó el fin de una era para el Bayern hace 42 años

El club inglés, próximo rival del Bayern München en la Champions League, conquistó su único título europeo ante el gigante alemán en 1982 y eso desembocó en una desbandada de talentos del club muniqués

El Bayern München es uno de los clubes deportivos más grandes del mundo. De eso no hay duda. Pero para la mala suerte del equipo teutón, en tres ocasiones ha dominado a equipos ingleses durante el encuentro final del máximo torneo de futbol de Europa y ha perecido de manera catastrófica.

En 2012, el gigante alemán estuvo a cinco minutos de coronarse campeón de la Champions League con un gol de Thomas Müller que hacía toda justicia a un Bayern que era mejor en la cancha, pero Didier Drogba mandó el partido a tiempos extras en el último momento, Petr Cech atajó un penal a Arjen Robben poco antes de que el partido se fuese a la muerte súbita, y en la tanda de tiros de definición tras 120 minutos con empate, Bastian Schweinsteiger mandó la pelota al palo con lo que el equipo rojo perdió la final en casa.

Una historia similar ya se había vivido hace 13 años en Barcelona. El Bayern había dominado al Manchester United de Sir Alex Ferguson, aunque solo se había podido hacer presente en el marcador con un gol de Mario Basler a los seis minutos de juego. Entonces, en la remontada más increíble hasta ese entonces, Teddy Sheringham hizo un gol en el 90+1 y dos minutos después, Ole Gunnar Solksjaer sentenció el marcador.

Dieter Hoeneß (a la izquierda) y Karl-Heinz Rummenigge (a la derecha).

A pesar de todo, la peor historia del Bayern debatiblemente fue la de 1982, cuando el torneo todavía se llamaba la Copa de Europa. Aquel 26 de mayo, en el estadio De Kuip, en Róterdam, el equipo alemán fue superado por el Aston Villa, en un encuentro que es recordado por todas las circunstancias que rodearon a los bávaros, quienes no volverían a alzarse con el máximo trofeo europeo hasta casi dos décadas después.

El Bayern llegó como favorito a la competencia después de haber eliminado al CSKA Sofía de Bulgaria, verdugo del Liverpool de Inglaterra en la ronda de cuartos de final. Además, el conjunto de Múnich había sumado veinte goles en ocho partidos y tenía en sus filas a los tres líderes de goleo de la competencia: Dieter Hoeness, Karl-Heinz Rummenigge y Paul Breitner.

El Aston Villa era un equipo con historia en Inglaterra, pero para nada favorito. Y su escenario lucía fatal con solo ocho minutos de haber iniciado el encuentro, después de que su guardameta Jimmy Rimmer tuvo que salir de cmabio por una lesión. Esa, probablemente, fue la suerte del campeón, pues el suplente Nigel Spink estuvo espectacular y no solo desvió los intentos de gol de Hoeness, Breitner y Rummenigge, sino también los de Klaus Augenthaler y Bernhard Dürnberger. Así a los 67 minutos, cuando el Bayern se encontraba encima del Villa, Gary Shaw encontró solo a Tony Morley, quien logró mandar un centro raso hacia Peter White que con un simple toque mandó el balón a la portería defendida por Manfred Müller.

Karl-Heinz queda en el suelo tras intentar rematar un balón en el área que finalmente despeja Nigel Spink. / Fotos: Cortesía

Aquel Aston Villa fue calificado por El País de España como el campeón de Europa más «injusto». Varios medios a nivel internacional señalaron este encuentro como la prueba fehaciente de que, en el futbol, al final solo importa el marcador. La derrota, además de dolorosa, marcó el adiós de Rummenigge, Breitner y Hoeness del Bayern. Karl-Heinz se marcharía al Inter de Milán donde sería reconocido como el mejor futbolista del mundo, aunque no podría conquistar la Copa de Europa. Por otro lado, el equipo muniqués comenzaría a perder relevancia en los torneos europeos de primera línea hasta el 2001, cuando volvió a conquistar el torneo más importante del continente ante el Valencia de España.

A 42 años de aquella final, el Bayern visitará el campo del Aston Villa con una punzante estadística enmarcando el partido: el único partido en que ambos equipos se midieron fue la derrota más dolorosa en la historia del equipo muniqués.

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