Recordamos algunos de los hitos de la leyenda del Bayern en el día que habría significado su cumpleaños 79
Hoy 11 de septiembre de 2024, Franz Beckenbauer “El Káiser” habría cumplido 79 años.
Nacido en Múnich, Alemania, en 1945, se mantiene vigente como una de las figuras más icónicas en la historia del balompié mundial y es reconocido por la gran mayoría como el mejor defensa de todos los tiempos. Capitán del Bayern München que fue tricampeón de la Champions League de 1974 a 1976, capitán de la Alemania que ganó la Eurocopa de 1972 y el Mundial de la FIFA de 1974 y Balón de Oro en dos ocasiones, se le recordará siempre por su elegancia, liderazgo y presencia en el campo, pero también en los banquillos y en las mesas directivas.
La leyenda del Bayern que nació en un equipo rival
Pocas personas lo tienen en cuenta, pero Franz comenzó su carrera juvenil con el TSV 1860 München, equipo rival de la misma ciudad del Bayern. Además, no lo hizo como defensa, mucho menos como líbero, sino como un mediocampista ofensivo.
Sin embargo, con 14 años, el Bayern concretó su fichaje y cinco años después, “El Káiser” debutó con el entonces modesto equipo de Múnich. Debido a su superlativo nivel de juego, Franz pronto se hizo con un lugar en la selección de Alemania e incluso fue la figura de “Die Mannschaft” en el Mundial de Inglaterra de 1966, donde anotó cuatro tantos y llegó hasta la final en la demarcación de defensa.
Junto a Beckenbauer, otras leyendas alemanas como “El Bombardero” Gerd Müller transformaron al Bayern en un equipo protagonista que comenzó a luchar hombro con hombro con equipos establecidos como el Borussia Mönchengladbach y se convirtieron en serios candidatos para ganar la Bundesliga. Parte de este éxito se debió a que Franz comenzó a tomar el revolucionario rol de defensa líbero, el cual era un marcador que se posicionaba detrás de los otros dos o tres defensas centrales y, con técnica, elegancia y entusiasmo, comandaba los ataques con un servicio largo o controlando el balón más allá de la mitad del campo.
En total, Beckenbauer ganó cuatro Bundesligas y cuatro DFB Pokales con el Bayern, además del tricampeonato de Europa. Con Alemania, además de ganar un Mundial y una Eurocopa, fue protagonista del juego del Siglo XX en la semifinal del partido disputada en el Estadio Azteca contra Italia en el Mundial de México 1970, en el cual se le recuerda por haber jugado con el brazo fracturado.
Partió en 1977 al New York Cosmos de los Estados Unidos para jugar con otra leyenda mundial, Pelé, y juntos ganaron tres North American Soccer League (1977, 1978 y 1979). Regresó en 1980 a Alemania con la elástica del Hamburgo y en la temporada 1981-1982 ganó otra Bundesliga, para regresar un último año a Nueva York donde se retiró como profesional.
Genio y figura hasta la sepultura
Dice un refrán popular que el buen entrenador fue mal futbolista y que el mal futbolista será buen entrenador, no obstante, esta sabiduría no aplicó para Beckenbauer, que después de colgar los botines dirigió a la Selección de Futbol de Alemania Federal que ganó la Copa del Mundo en Italia 1990. Ganó también la Bundesliga de 1994 dirigiendo al Bayern München y la Copa UEFA con el multicampeón alemán.
Como gestor deportivo, se encargó de convencer a varios presidentes de distintas federaciones para que votaran en favor de que el Mundial de 2006 se realizase en Alemania. Debido a esto, obtuvo el puesto de presidente del comité organizador y el torneo que se realizó fue catalogado como el “Verano de cuento de hadas”, ya que fue un éxito comercial y deportivo, al grado de ser considerado como el mejor mundial de futbol de todos los tiempos por varios aficionados.
Aunque Beckenbauer falleció el 7 de enero de este año y pese a que su retiro como profesional se dio hace más de 40 años, se le sigue reconociendo como el jugador más importante en su demarcación en la historia y uno de los más importantes en general. Incluso los niños que no lo vieron jugar conocen su leyenda, lo cual demuestra que su legado no solo está en los trofeos que ganó, sino en la manera en que cambió el futbol para siempre.
La realidad es que sin Franz Beckenbauer, la selección de Alemania no sería lo que hoy es y… mucho menos el Bayern München..
¡Gracias eternas, Franz!
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